La Cámara Industrial de Cerámica Roja (CICER) que agrupa a los principales fabricantes de ladrillos huecos está de festejo. «El consumo de ladrillo hueco, básicamente orientado a las viviendas, ha protagonizado un crecimiento del 51,6% durante los primeros ocho meses del año, lo que demuestra el impulso de nuestro sector hacia el conjunto de la construcción y, con ello, su aporte a la dinámica económica y social del país. Esperemos que este proceso de recuperación se consolide», señaló la presidenta de la entidad, Eugenia Ctibor.
CICER está conformada por 15 empresas de capital nacional que produce ladrillos industriales con eficiencia energética, sector que tiene una participación del 90 % en la edificación de viviendas. «En los últimos años, hemos invertido más de 100 millones de dólares, al aportar innovación, desarrollo y tecnología para generar empleo formal y directo para 3000 personas en 5 provincias del país. Un ejemplo, es el ladrillo termoeficiente DM20 que ha logrado un nuevo estándar al estar recomendado por la Secretaría de Vivienda de la Nación y cumplir con las legislaciones más exigentes en materia energética del país, como la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires», señaló la titular.
Según el último indicador sintético de la actividad de construcción (ISAC) elaborado por el INDEC registró un incremento del consumo de ladrillos huecos de 51,6% en el período comprendido entre enero y agosto de este año, respecto a igual lapso del 2020, lo que indica una de las recuperaciones levemente superior al promedio de todos los rubros relevados en el sector, que fue del 48,1%. En conjunto cuentan con una capacidad instalada de aproximadamente 500 mil toneladas de ladrillos/mes.
La entidad enfatizó que «estos nuevos ladrillos huecos generan envolventes que permiten ahorrar hasta el 40% en la tarifa de gas y electricidad de una vivienda, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado, conservando otras cualidades reconocidas como su vida útil superior a los 100 años, la resistencia, con mantenimiento prácticamente nulo».
Sobre el impacto de la pandemia en el sector dijo: «Sin duda los efectos de la pandemia también se vivieron en nuestro sector, pero con gran esfuerzo mantuvimos la empleabilidad y acompañamos a la cadena de valor, a pesar de la suba de los costos que hemos padecido en rubros sensibles como el de la energía, por lo que confiamos en que se pueda articular un crecimiento sostenido para todos los actores, con visión de largo plazo», remarcó Eugenia Ctibor, presidenta de la Cámara.
Las empresas asociadas a CICER tienen sus plantas productivas situadas en las provincias de Buenos Aires (Pilar, La Plata, Campana, Quilmes, Fátima, Isidro Casanova, Spegazzini, Olavarría, Mar del Plata), Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Río Negro y Salta.